La sociedad del siglo XIX estaba organizada en tres clases o grupos sociales:
- Las clases altas.
Formaban el grupo social más rico. Estaban formadas por los nobles y los burgueses.
- Los nobles eran propietarios de grandes extensiones de tierra.
- Los burgueses eran los dueños de las fábricas, los grandes comerciantes y los banqueros.
- Las clases medias.
Estaban formadas por pequeños comerciantes y empresarios, pequeños propietarios de tierras y por algunos profesionales, como médicos, abogados, ingenieros, funcionarios...
- Y las clases populares.
Tenían poco dinero. Estaban formadas por los campesinos, que trabajaban las tierras de los grandes propietarios, por los obreros de las fábricas, los criados, que servían a las clases altas, y los mendigos.
La condiciones de vida de los obreros eran muy duras:
- Vivían en barrios sin electricidad ni agua corriente.
- Tenían jornadas de trabajo de más de doce horas.
- Y cobraban un salario muy bajo.
Para luchar por sus derechos, los obreros se agruparon en sindicatos, unas organizaciones que defendían sus intereses.
Algunos sindicatos eran la Unión General de Trabajadores (UGT) y la Confederación Nacional del Trabajo (CNT).
Se conoce con el nombre de revolución industrial a los grandes cambios económicos que se produjeron en el siglo XIX. Hubo cambios en los transportes y en las industrias.
En los transportes.
Los medios de transporte se transformaron con la aparición del ferrocarril, que permitía recorrer largas distancias en poco tiempo y transportar muchas personas o mercancías.
En la industria.
Los pequeños talleres de artesanos fueron sustituidos por grandes fábricas construidas en la ciudades, donde trabajaban muchos obreros con grandes máquinas.
Las industrias se concentraban en Cataluña, Madrid y el País Vasco.
- En la industria textil aparecieron los telares mecánicos que fabricaban tejidos a gran velocidad.
- En la industria siderúrgica aparecieron los altos hornos que producían acero de gran calidad.
A finales del siglo XIX y principios del XX, se desarrollaron nuevas fuentes de energía, como la electricidad y el petróleo.
Aparecieron nuevas industrias, como la industria química.
Se crearon algunas instituciones financieras, como los bancos y la bolsa de Madrid.
En el siglos XIX, también se transformaron el arte y la cultura.
La arquitectura.
En la arquitectura destacó Antonio Gaudí, que construyó edificios en estilo modernista, caracterizado por el empleo de nuevos materiales, como el hierro y el cristal, y por la decoración que
imitaba las formas de la naturaleza.
El Templo de la Sagrada Familia es una iglesia monumental iniciada el 19 de marzo de 1882 a partir del proyecto del arquitecto diocesano Francisco de Paula del Villar (1828-1901). A finales de 1883, se encargó a Gaudí la continuación de las obras, labor que no abandonó hasta su muerte, en 1926. A partir de entonces, varios arquitectos han continuado la obra siguiendo la idea original de Gaudí.
El edificio está situado en el centro de Barcelona, y con los años se ha convertido en uno de los signos de identidad más universales de la ciudad y del país. Anualmente es visitado por millones de personas, y también son muchas las que estudian su contenido arquitectónico y religioso.
El templo siempre ha sido expiatorio; es decir, desde sus inicios, hace ahora más de 129 años, se construye a partir de donativos.
La construcción continúa y se podría terminar durante el primer tercio del siglo xxi.
La pintura.
En la pintura sobresalieron Joaquín Sorolla, Darío de Regoyos y Santiago Rusiñol, que pintaron cuadros de estilo impresionista, en los que el color es el elementos más importante.